En enero de 1995 era inaugurada la depuradora de Llanes, bajo el Paseo de San Pedro, y el 15 de junio de ese año el Ayuntamiento tuvo la desfachatez de abrir un plazo de 10 días para hacer alegaciones, pese a que la obra ya estaba terminada y la ley exigía alejarla 2000 metros de la población (actuaciones similares solo se veían en las películas del Oeste: primero disparar y después preguntar). De esta forma, la depuradora de Llanes se convirtió en una instalación clandestina.
Desde su inauguración hay continuos vertidos al mar de aguas residuales, que varias veces llegaron a la playa del Sablón, reduciendo su calificación para el baño, y los malos olores producidos por la depuradora llegan con frecuencia hasta los caminantes y turistas del Paseo, lo que unido a los vertidos al mar que aparecen mezclados con la espuma, y que todos contemplan, producen un efecto muy negativo en el turismo y el medio ambiente.
De los archivos del Principado desapareció la información sobre los motivos que llevaron a instalar la depuradora bajo el Paseo de San Pedro.
Otro asunto más con el santo y seña de Trevín, presidente del Principado en aquellos años. Esperemos que este verano no se repita el bochorno de las fiestas de Guía y de San Roque de otros años, con vertidos de aguas residuales al mar en esas fechas, en las proximidades de la playa de El Sablón.
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